Perseguido Cap 1

Es de noche, lo único que se oye... silencio. De pronto un sonido lejano de pasos se acerca, cada vez se oyen mejor, alguien esta corriendo... corriendo, en la madrugada... ¿Que sucederá? Comienza a llover... el sonido de pasos se apaga, solo se oye la lluvia caer... ¿Por que empiezo a correr? ¿De quien huyo? ¿Que coño me esta pasando?

Lo ultimo que recuerdo es... a esa mujer. Su olor, su pelo y su sobrenatural belleza. Su cara tan blanquecina como un fantasma y su pelo era oscuro como una noche sin estrellas, eso hacia que resaltara aun más su primor. Lo que hizo que me fijara en ella. No se lo que se me paso por la cabeza en ese instante, no podía dejar de mirarla. Me acerque a aquel ángel caído y observaba embelesado sus movimientos sensuales y al igual prohibidos. No dijo nada, solo me dijo que la siguiera con un simple gesto que me llego como un disparo.

La seguí y... y empezó a llover. ¿Por que estoy aquí? ¿Que me esta pasando? ¿Por que todo es tan diferente? Me siento extraño, algo me pasa pero no se el que, necesito respuestas. Y para colmo tengo la extraña sensación de que me siguen, ¿me estaré volviendo loco? Decidido, me voy a casa a dormir un poco. Haber si se acaba esta maldita pesadilla.


Estoy en casa y creo haber oído pasos detrás mía otra vez. Abro la puerta y miro al espejo pero me sorprendo al ver que nadie me devuelve la mirada. Se que estoy delante del espejo pero mi reflejo no esta. Estoy aterrado y empiezo a correr, correr y correr. Sigue lloviendo y estoy empapado hasta los huesos. Se que algo va mal, nunca saque buenas notas en clase de gimnasia y no es normal que no este cansado, o mejor dicho, agotado. ¿Que pasa esta noche? Todo es muy extraño. No se que hacer, no se a donde ir. Ya no se quien soy...

Ya he parado de correr, estoy deambulando por las calles de Alicante. Sigo andando sin un rumbo fijo e inmerso en mis pensamientos. Estoy cerca de la plaza de los luceros. Esta larga noche empezó cerca de aquí y parece que nunca terminará.

Otra vez esos malditos pasos. Estoy arto de que me sigan. ¿Por que me seguirá? Puede que...

- ! Oye! !Tu! El pervertido que me esta acosando ¿que quieres?.

Los pasos se hacen más ruidosos y continuos, como si empezara a correr. Un hombre alto, corpulento y que vestía de negro apareció. Comienza a disparar y yo empiezo a correr otra vez. Creo que nunca he corrido tanto en toda mi vida. Siento que me ha alcanzado y me duele la espalda. No es que me hayan disparado mucho pero el dolor desaparece lentamente y yo sigo corriendo. De pronto ese aroma que me hizo olvidar todo. Otra vez no era consciente de lo que hacia. De mi sombra aparece aquel ángel. ¿Estoy soñando o me estoy volviendo loco?.

Se abalanza sobre mí y siento una sensación rara en mi cuerpo o lo que creo que es mi cuerpo, esta todo oscuro. Ya no estoy donde se supone que estaba cuando apareció ella. No se donde estoy. Intento preguntarle todo lo que esta pasando y a pasado esta noche. Ninguna palabra sale de mi boca, ni siquiera un simple sonido. Me mira fijamente, pero ella tampoco dice nada. No puedo moverme solo me fijo en ella y cada vez estoy mas convencido de que no es real. Estoy soñando y si esta ella delante, no me quiero despertar nunca.

Comienza a mirarme algo alterada y yo sigo sin poder o hacer nada. Y me dice:

- no tenemos tiempo, van a por ti. Todo por mi culpa. Toma esta invitación.

Por fin me puedo mover, siento que mis músculos se destensan un poco, por alguna extraña razón es lo justo para que pueda coger la invitación. Parece importante y yo no soy quien para negarle algo a ella.

 como as supuesto, ya no eres el que eras. En ese lugar te podrán explicar muchas cosas. Te están persiguiendo, creo que eso lo tienes claro. En ese lugar no tendrás problemas. Yo te acompañare cerca del sitio, pero me marchare a intentar cazar al que nos estaba persiguiendo. No hagas preguntas y no te pares.

 ¿y que pinto yo hay? ¿por que? ¿por que a mi?

 muchacho, nada de preguntas. Si tienes algún problema diles que vas de parte de Adala y que eres su chiquillo.


¿Chiquillo? Pero si tengo 19 años, ya no soy un chiquillo. Y menos ahora que ya no se ni que o quien soy. Dice que en ese lugar me explicaran todo, pero quiero saberlo ahora. No es justo. Necesito saberlo.

Ella se acerca a mí y me agarra del brazo y otra vez esa sensación de vacío, ya no veo nada. ¿Que demonios ocurrirá?...

No se donde estoy, estoy confuso y... ¡solo! ¿Donde se a metido? Un hombre corpulento y calvo esta delante de mí, lleva gafas de sol aunque sigue siendo de noche. No se si me esta mirando o si me an cazado ya, pero creo que no debería estar aquí.

 ¿que haces aquí?.- dice mientras me empuja hacia el coche negro que hay detrás mía. Por culpa de la caída la entupida invitación que se supone que me pondrá a salvo salta de mis manos.

El calvo ve la invitación y se agacha a cocerla, se quitas las gafas y me pregunta ¿quien es tu Sire?

¿Sire? No se lo que es un Sire pero de mi boca sale el nombre de Adala...

 comprendo, entra ¡CORRE!

El calvo abre la puerta y me coge del cuello con una fuerza sobrehumana y me empuja hacia adentro cayendo sobre una alfombra rojo oscuro. Parece el zaguán principal, y se ve claramente que hay una fiesta, por que lo que parece el camarero se ha tropezado conmigo derramando algo rojo parecido al vino. Nunca he sido un bebedor nato, pero me están entrando unas ganas irresistibles a beber ese vino que parece tan especial.

No era consciente de mis actos, me abalancé rápidamente hacia ese apetecible líquido rojo. Mucha gente me miraba, no era común que alguien se comportara así en ese tipo de fiestas por lo que veo. Alguien se me acerca, parece ser una niña pequeña, pero solo era una “damita”, su belleza me sobrecogió. Pero no estaba al nivel de Adala.
Me levanto elegantemente y aunque quisiera desatarme de esa fina mano que me agarraba no pude. ¡Era mas fuerte que yo! Todo es demasiado extraño… me miro severamente a los ojos. El verdor de sus ojos me dejaba estático. De pronto cambio su mirada severa por una mas curiosa e infantil.

- todo a su tiempo. Tranquilízate.- dijo con una dulce voz.


Su mano es fuerte, demasiado fuerte. Intento resistirme pero todo es en vano. Me lleva, con saltos exageradamente infantiles hasta una habitación proxima. Me deja con demasiada fuerza en uno de los sofás rojo escarlata. No se que hacer. ¿Cómo una mujer de ese tamaño alberga tanta fuerza?

- espera aquí. Ahora vendrá una persona muy especial.
Por lo que parece ser la ventana entra una persona alta, morena, con una gabardina blanca. Con paso decidido se acerca a mi.

- ¿Cuál es tu nombre chico?
- ¿Cuál es el tuyo? –dije con el asomo de una estupida valentía.
- ¿Cuál es tu nombre? –volvió a preguntar, pero esta vez se acercaba a mi.

No se por que lo hice, pero me encare hacia el con el puño por delante hacia su cara, pero antes de que pudiera moverme mucho oí el sonido de un disparo y sentí como mi mano se impulsaba hacia detrás. La herida volvió a sanar rápidamente. No se que cara tendría pero el tio ese me miraba y reía entre dientes.

- insensato, soy el Azote de esta ciudad. Aunque para ti soy el Señor Azote. ¿de verdad as creído que podrías vencerme desarmado?. Aunque as usado el factor sorpresa. Me a sorprendido tu estupidez. –entonces rió a carcajada limpia.
volvió a preguntarme lo mismo y no tuve mas remedio que decirle mi nombre.

- Silas, mi nombre es Silas. ¿Por qué me as disparado?. – dije con rabia
- No es nada personal chico, pero es que me lo as puesto a tiro. – volvió a reírse a mandíbula batiente.
- ¿Pero… pero… que a pasado exactamente con mi mano? ¿es una especie de truco o algo?
- ¿truco? Interesante… ¿de que clan eres y quien es tu Sire? . –otra vez con lo de Sire… ¿Qué coño será eso?
- ¿clan? ¿Sire?
- Interesante… -dijo mientas se acercaba a mi con una ceja levantada. – veras chico qu…
- ¡DEJA DE LLAMARME CHICO! – estallé.
- Vuelve a sorprenderme tu estupidez ¿o tal vez tu ignorancia? Bueno, ¿quien te dio la invitación?
- Creo que a sido la LaSombra Antitribu Adala Darkwing, no estoy muy segura. Y parece ser que es un neonato, no lleva mucho tiempo entre nosotros. Casi le da un frenesí al oler las copas de la recepción. –dijo la pequeña dama, no me di cuenta de que aun no había salido del cuarto. –creo que te lo encargo a ti Señor Azote ji ji ji ji.



su sonrisa era como campanas, muy agudas pero muy claras. Y se fue danzando hasta la puerta, salio y cerro de un portazo.

- Bien, ahora estamos solos chico.

Su voz me daba miedo, no se que hacer ¿era seguro este sitio? ¿Por qué todo me pasa a mi?